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¿Adivina qué caras se ven en Jerusalén en las que nadie parece fijarse?

Es fácil pasar por alto todo tipo de cosas bonitas que pasan desapercibidas a diario. Un cementerio rural es un ejemplo excelente. Estamos demasiado ocupados para detenernos a reflexionar, aunque sólo sea un momento, en nuestra loca carrera hacia lo que parece vital.

En estos tiempos de turbulencias, hemos perdido gran parte de nuestra orientación, sin un sentido claro de la dirección. Todos nos hemos desviado del camino, y lo sabemos. Para facilitar la quietud y la soledad mientras recuperas la orientación, te dejaré una tarea para completar centrada en Isaías 30:19-21. ¡¡¡Paz!!!