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Caza salvaje, jardín domesticado - Aún no estamos en casa

 
En Señor ha hecho que todo sea bello a su tiempo, así que de vez en cuando, según dicten las estaciones, continúo con una serie llamada Caza salvaje, jardín domesticado. Acompáñame a explorar temas que van desde la caza en la naturaleza hasta la jardinería en la puerta de tu casa. Si David vio las huellas de Dios pintadas en el cielo, o si Salomón pudo espigar sabiduría entre las hormigas, ¿cuánto más podríamos aprender de la creación en la que vivimos? Espero que disfruten de esta segunda parte de Caza salvaje, jardín domesticado.

Aún no estamos en casa

El plumaje completo del ánade real no podía cubrir el hecho de que su ala fue cortada por el proyectil de una escopeta calibre 20 de un cazador. El Señor dotó a todas las criaturas, grandes y pequeñas, de un instinto de supervivencia innato. En cuanto a esta ave acuática herida, tenía tres gracias salvadoras:

1. La escopeta del cazador se atascó antes de que pudiera dispararse otro tiro.

2. Su perro perdiguero se quedó en casa, sin haber dominado el arte de quedarse quieto cuando los patos se posan. El amo del labrador había aprendido una dura lección, al frustrarse en una salida anterior viendo cómo se posaba bandada tras bandada.

3. Un límite marcado a veinticinco metros: Refugio de Vida Silvestre Wheeler: Advertencia ¡No se permite la caza!


 
 

Cualquier intento de supervivencia tenía que penetrar los límites de ese refugio, costara lo que costara.

¿Y tú? ¿Alguna vez tu espíritu se siente tan cortado, como un ánade real al que se le ha roto un ala, que tu único pensamiento es: "Sólo quiero volver a casa"? No importa lo joven o viejo que seas, lo cerca o lo lejos que estés del lugar donde creciste, o si la casa de tu infancia sigue en pie o incluso permanece en la familia. Todos anhelamos cruzar su umbral, la puerta principal se siente comparable al límite de un refugio. Como un momento conmovedor que el espectador no espera en American Sniper, cuando el héroe de los Navy Seal Chris Kyle habla con su esposa Taya en el fragor de un feroz tiroteo:

[Escena: Una calle devastada por la guerra en Ramadi. El aire está lleno de sonidos ensordecedores de disparos, explosiones de RPG y el zumbido de los helicópteros sobrevolando la zona. Chris Kyle, exhausto y cubierto de polvo, se agazapa detrás de una barricada improvisada. Tiene el fusil en alto y los ojos abiertos en busca de movimientos enemigos. Su equipo SEAL está inmovilizado, intercambiando fuego intenso con los insurgentes al otro lado de la calle. En medio del caos, suena su teléfono por satélite. Es Taya, su mujer. Él contesta, respirando con dificultad].

Taya (a través del teléfono): No te oigo, ¿hola?
*[Las balas pasan zumbando, una golpea el suelo cerca de la bota de Chris. Chris se agacha y se acerca el teléfono a la oreja, intentando distinguir la voz de Taya entre el ruido. Una granada explota cerca, sacudiendo el suelo].

Chris (con calma, pero con determinación): Estoy preparado.

Taya (esforzándose por oír, con voz de pánico): ¿Qué? ¿Qué está pasando?

[Chris dispara un par de veces con su rifle, asomándose por encima de la barricada. Su equipo grita órdenes y devuelve el fuego mientras los insurgentes salen de un edificio cercano. Las nubes de polvo se arremolinan cuando otro RPG impacta en una pared cercana y los escombros caen sobre ellos. Chris se esconde detrás de una cubierta y el sudor le corre por la cara. Aprieta la mandíbula, concentrándose en la voz de Taya por encima de los disparos].

Chris (en voz baja, casi para sí mismo): Estoy listo... Estoy listo para volver a casa, cariño.

[A medida que el tiroteo se intensifica, Chris se aferra al teléfono, sus manos tiemblan ligeramente. Hay un breve momento de silencio antes de que recargue su arma, con determinación en sus ojos. La batalla continúa].

En la Biblia, las Ciudades de Refugio eran seis ciudades designadas en el antiguo Israel que proporcionaban asilo a los autores de homicidios involuntarios. Estas ciudades ofrecían protección contra el "vengador de la sangre" -normalmente un familiar que buscaba venganza- hasta que un juicio justo pudiera determinar si el asesinato había sido accidental o intencionado. Si se declaraba inocente de homicidio, la persona podía vivir segura en la ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote, tras lo cual podía regresar a su hogar.

Las Ciudades de Refugio también representaban una imagen más amplia de Dios.


¿Cuántas veces te sientes herido de muerte? ¿Herido de muerte, sin fuerzas para seguir adelante? Si es así, aquí tienes buenas noticias:

Una pareja de misioneros estadounidenses regresaba a casa después de 30 duros años sobre el terreno. En el momento de su llegada a Washington DC, dio la casualidad de que también acababa de aterrizar el avión del Primer Ministro de Inglaterra. La alfombra roja se desplegó de inmediato para recibir a un dignatario como él, y los jefes de Estado se alinearon en la pista para saludar a tan honorable invitado. El marido misionero, por su parte, estaba furioso porque su avión se había quedado parado en la pista, donde hacía un calor insoportable. Además, no había ni siquiera una cara conocida o un amigo para recogerlos. Ni un hotel lujoso al que ir escoltados. Ni una multitud enfervorizada para darles la bienvenida.

Al final, la mujer ya había oído bastante.

"¿Sabes por qué no hay nadie aquí para darnos la bienvenida? ¿Por qué no nos han puesto una alfombra roja? ¿O por qué no hay multitudes vitoreándonos para recibirnos en casa?".

"¿Por qué?", comentó bruscamente el marido, esperando airado su respuesta.

La esposa, mucho más sabia que él, sabía muy bien que debía hacer una larga pausa antes de ofrecer su respuesta. Lo suficiente para dejarla en suspenso.

"Nada de eso ha ocurrido hoy, mi querido esposo, por una sencilla razón: ...... Es porque tú y yo aún no hemos llegado a casa". 

 
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