Malas bocas y el lote de brownies de papá
George Shamblin2025-04-22T15:04:23+00:00

¿No te has dado cuenta últimamente de que casi todo el mundo dice palabrotas como un loco? Políticos, músicos, locutores de radio, compañeros de trabajo, artistas y gente como nosotros. Basta ya de palabrotas. Es terriblemente impropio. Según el blog de mi amigo Ty Dodge, Spencer W. Kimball lo dijo de esta manera: "La blasfemia es el esfuerzo de un cerebro débil por expresarse a la fuerza".
Y si lo piensas, lo que sale de la boca, según la Fuente más excelente que existe, es un reflejo especular del corazón. Es una condición de enfermedad espiritual que se manifiesta a través del lenguaje humano.
"El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro de su corazón, y el hombre malo saca cosas malas del mal tesoro de su corazón. Porque del desbordamiento del corazón habla la boca." -Jesús
¿Tan importante es decir palabrotas? Además de la historia de los mejores brownies de papá, me gustaría abordarla de esta manera: ¿Hasta qué punto crees que son perjudiciales las siguientes?
¿Ira?
¿Ira?
¿Malicia?
¿Calumnia?
Yo diría que son bastante perjudiciales. Según Pablo, el siguiente punto de la lista es "hablar obscenamente". Puedes comprobarlo tú mismo en Colosenses 3:8: "Despojaos de todas ellas: ira, enojo, malicia, calumnia y palabras obscenas de vuestra boca".
Tus palabras pueden dar vida o causar daño; nunca son neutrales. Proverbios 15:4 dice: "La lengua apaciguadora es árbol de vida, pero la perversa aplasta el espíritu". Asimismo, Efesios 4:29 dice: "No salga de vuestra boca ninguna palabra malsana, sino sólo la que sea útil para edificar a los demás según sus necesidades, a fin de que beneficie a los que escuchan."
Si quieres destacar entre la multitud - "Sal y sé diferente", dice el Señor- considera vivir una ética cristiana en tu discurso. A mí me cuesta. Pero si el Espíritu Santo puede encontrarme en esto, creo que también puede encontrarte a ti. Juntos podemos esforzarnos por alcanzar un nivel más alto. Estoy dedicado a hacer el esfuerzo. ¿Y tú?



Los que tengan oídos para oír, que oigan.
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